miércoles, noviembre 12, 2008
Borrador del Estatuto del PDI
sábado, junio 07, 2008
La Universidad ante la I+D+i+
"Hagamos de la Universidad un negocio". Así titulaba ayer El País un reportaje sobre las iniciativas que algunas administraciones autonómicas como la andaluza tomaron hace unos años al hacer más permeable la Universidad a la actividad empresarial. Una iniciativa que ahora ha adoptado el gobierno de España, al desligar las Universidades del ministerio de Educación, ligándolas al nuevo ministerio de Ciencia e Innovación.
Hoy publica el mismo diario una entrevista con la ministra a quien se ha encomendado este ministerio, en la que deja entrever algunas de las medidas que piensa poner en marcha para cambiar la Universidad:
P. Hoy, un profesor universitario puede llegar a los 40 años como mileurista. ¿Es eso compatible con el hecho de ser la octava potencia económica del mundo?
R. No, eso no es compatible con ser la octava potencia económica del mundo, y es algo que tenemos que solucionar: tenemos que promover que los investigadores puedan participar en empresas de base tecnológica, que puedan promover y asesorar libremente sin que eso se malinterprete, y que puedan acceder a esos otros complementos salariales. Eso que ha estado regulado en exceso en España, con la nueva ley de la ciencia, procuraremos establecer mecanismos que permitan a los profesionales tener los niveles salariales que les corresponden con el nivel económico que tenemos en nuestro país. Espero que esto ocurra a principios de 2009.
P. ¿La universidad debe estar vinculada al negocio?
R. Tiene que estar vinculada a la industria en la medida que tiene que estarlo: tiene que ser parte de su financiación. Habrá facultades y grupos interesados en vincularse, y habrá disciplinas que no tengan que estarlo, por ejemplo, habrá que preservar un espacio donde el investigador pueda generar también conocimiento por el puro conocimiento, sin un sesgo a la aplicación. Pero el sistema tiene que ser sostenible también desde el punto de vista financiero.
P. Muchos temen que esto suponga una visión muy mercantilista de la universidad.
R. No es eso. Uno de los retos a los que se enfrenta la universidad es la financiación. Parte, gran parte, es pública, pero necesariamente tiene que haber financiación privada, lo cual no quiere decir que ésta marque las reglas del juego; las marca la universidad.
martes, mayo 20, 2008
A vueltas con la misión de la Universidad
Javier Sardiza | 19/05/2008Me ha parecido muy interesante el artículo. Estoy de acuerdo en que en los últimos años, por primera vez, se estaba fomentando en Espeña la investigación desde la Universidad. Pero no tanto en que volver a centrarse en la formación sea un retroceso.
Posiblemente mi visión sea 'sesgada' por ser docente en una Escuela Técnica Superior, la de Arquitectura, en la que en la 'carrera docente' (si es que tal cosa realmente existe) se ha sustituido precisamente eso, la docencia, por la investigación, convirtiendo al profesor universitario 'prototipo' en un investigador que piublica, asite a congresos, pelea a muerte on sus iguales por conseguir financiación mediante proyectos de investigación (sobre los temas a veces más peregrinos o absurdos, sin ningun horizonte de aplicación a la vida real), y a veces imparte clases, con discutible oficio o interés. Hay por ello, a mi juicio, mucho 'papanatismo investigador' o 'cultura de la caza del sexenio'.
No ayuda, obviamente, que en aras de una deseable estabilidad y profesionalización del profesorado, lo que se haya logrado sea la funcionarización del mismo. Y ahora se valora como mérito la 'movilidad' lo cual es claramente un contrasentido con la estructura laboral de nuestra universidad.
Creo que quizás parte del problema resida también en que en las carreras 'técnicas' como arquitectura o ingenierías el ejercicio real de la profesión tiene poco que ver con la investigación, a diferencia de biología, medicina, físicas, o incluso derecho, donde la investigación puede tener un acomodo más fácil como forma de ejercicio profesional. El dar el mismo tratamiento a carreras 'especulativas' y a carreras 'profesionales' es probablemente una elección inevitable pero poco afortunada.
sábado, abril 26, 2008
¿Que inventen ellos? Según qué, y a qué precio, ¿por qué no?
(vía IFTF) Christopher T. Hill (chill2@gmu.edu) es catedrático de política pública y tecnología en la School of Public Policy de la George Mason University en Fairfax, Virginia, EE.UU. En una columna de The New York Times de esta semana se referencia una artículo de Hill en la revista de la National Academy of Sciences en el que analiza la "Sociedad postcientífica".
Según Hill la ciencia y la tecnología continuarán jugando un papel vital en la innovación pero los ingredientes críticos del éxito económico estadounidense es muy probable que vengan de otras disciplinas. El número creciente de científicos en países emergentes como China e India, lejos de ser una amenaza para los EE.UU., puede ser una oportunidad. En esta nueva sociedad postcientífica, la reducción de costes de la investigación puede ser aprovechada para generar nuevos productos y servicios que si bien se apoyan en esos avances científicos, obtienen el mayor valor añadido gracias a la innovación en diseño de productos, mercadotecnia y finanzas, áreas en las que los EE.UU. pueden incrementar su actual posición de liderazgo.
Para Hill, no sería tan problemático el que no se estén formando científicos en los EE.UU. Establece un paralelismo con la economía actual, en la que los bienes materiales no se manufacturan en los EE.UU. sino lejos de sus fronteras, a precios muy bajos, si bien la economía que mejor sabe aprovechar esta situación es la estadounidense. Lo mismo ocurrirá en la sociedad postcientífica con los bienes no materiales científicos (fórmulas, ideas, resultados de experimentos), que serán producidos en países lejanos, a bajo coste, siendo los mayores beneficiarios aquellos países que mejor sepan convertirlos en productos y servicios.
Un ejemplo que ya está ocurriendo es la investigación que justificó el Premio Nobel de física del año pasado. Lo obtuvieron un francés y un alemán, pero fueron compañías estadounidenses como Seagate las que convirtieron en productos y por tanto en beneficios los descubrimientos científicos financiados por países europeos. Los científicos de Seagate no invirtieron en ciencia fundamental, sino que investigaron en como convertir un descubrimiento foráneo en un producto.
El paralelismo con la agricultura es interesante también. ¿Deben seguir invirtiendo los países occidentales en las subvenciones para mantener su propia producción agrícola, o comprar a precios bajos en otros países? ¿Deben seguir invirtiendo en ciencia básica los países occidentales, o por el contrario deben ir trasladando su "producción" a países como China e India, vendiéndoles a estos países productos y servicios desarrollados gracias a los avances científicos chinos e indios?
Según el artículo del NYT, cada vez hay menos científicos en EE.UU. investigando en "problemas abstractos desligados del mercado". Es cierto que se necesita este tipo de investigación, pero la cuestión es quién debe hacerla, y a qué precio.
En el interesante artículo publicado en la revista de la National Academy of Sciences escribe Hill:
El descenso del interés que muestran los jóvenes estadounidenses en seguir una carrera en matemáticas, ciencia o ingeniería ha sido objeto de amplia discusión durante al menos dos décadas. La ley America Competes tiene uno de sus principales focos en la promoción de nuevos programas y financiación para tratar de paliar este descenso.
Es de notar que el diálogo en la sociedad sobre este asunto se ha producido prestando relativamente poca atención a la ley de la oferta y la demanda. Es lógico pensar que los alumnos potenciales de matemáticas, ciencia e ingeniería estén observando que la competencia proveniente del extranjero es creciente al tiempo que los salarios para los licenciados en algunos campos de la ciencia se han estancado o han bajado. El economista de la universidad de Harvard George Borjas ha mostrado recientemente que ha habido un incremento del 10% en el número de doctores debido a la inmigración, lo que ha reducido los salarios entre un 3 y 4%. Un estudiante que se plantee si iniciar o no una carrera profesional de ciencias, que habitualmente requiere un doctorado, debe seguramente ser consciente de la competencia a la que se enfrentará en el mercado de trabajo proveniente de científicos del resto del mundo, ya sea porque emigren a los EE.UU. o porque realicen su investigación en otros países con sueldos menores que los estadounidenses. Dado que la competencia en matemáticas y ciencias fundamentales ha crecido en todo el mundo, estos campos no pueden resultar tan atractivos a los estudiantes estadounidenses como lo fueron en el pasado. Si fuera cierto que los EE.UU están en el umbral de un futuro postcientífico, los jóvenes de hoy día estarían adoptando la decisión correcta al centrar sus energías en alternativas alas ciencias y las matemáticas.
[...]
En la sociedad postcientífica el éxito no depende de la especialización, sino que se apoya en la integración, en la síntesis, la creatividad, el diseño y la imaginación.
Fijémonos en dónde se halla hoy la acción en el sector tecnológico de la industria estadounidense. Es en las tecnologías de la información, en la producción de multimedios, la compra en el web mediante un click, los buscadores, los sistemas de descarga de vídeo y música, los teléfonos multifunción celulares e inalámbricos. Por su puesto que estas aplicaciones se apoyan en una infraestructura muy sofisticada de redes, ordenadores y servidores, sistemas software, dispositivos de almacenamiento masivos y otras tecnologías. A su vez éstos se apoyan en las ciencias fuindamentales de los materiales, en el tratamiento digital de la señal, en algoritmos, métodos avanzados de medición y otras disciplinas básicas. El valor añadido y la generación de bienestar están ocurriendo sin embargo en el nivel de más arriba de esta jerarquía, y no es porque la gente y las instituciones del nivel más alto sean mucho más inteligentes que los otros, sino porque se enfrentan a una competición menor del resto del mundo.
Sobre el impacto que tendrá la sociedad postcientífica en la educación dice Hill:
The most important part of the NIS is always the part devoted to preparing the next generation of people who can participate successfully through innovation, wealth, and job creation. In the post-scientific society, the demands on innovators are very great. They must have not only a core understanding of scientific and technical principles but an equally strong preparation in business principles, communications skills, multicultural understanding, a foreign language or two, human psychology, and one or more of the creative arts. Their education must emphasize making connections among ideas, people, organizations, and cultures, often across boundaries that no one has thought to try to cross before. Some contemporary observers point with great unease to the networked way of life of today’s young people. I would argue that, even as computer games helped to prepare the current generation of computer-literate Americans, so will their experience in building a hypernetworked world prepare them for the opportunities to come.
I am not arguing for a reduction in the role of science and technology in the education of the next generation; rather, I am arguing that we must find new ways to make scientific and technological literacy a part of the education of all students who wish to play significant roles in the post-scientific society. At the same time, we must avoid making tragic errors in educational practices and policies that would leave our next generation ill-prepared. This could happen if we focus too heavily on the skills our parents needed in the past rather than on the skills our children will need in the future. It is distressing that K-12 school systems are finding it necessary to cut back on education in integrative subjects such as geography and languages, as well as on the arts, in order to focus on developing basic skills in math and reading to meet the demands of the No Child Left Behind Act. It would be most unfortunate if some of our students were left behind in math and reading, but it would put the country’s future at risk if an entire generation were left behind in the race to the post-scientific society. We have to be certain that we emphasize what we want, for we shall surely get what we emphasize.
What about advanced education and research? Again, we need to maintain a cadre of scientific and engineering researchers who can work with confidence at the frontiers of human knowledge. They must, however, be able to do so in a networked world where collaboration across the world is as easy as collaboration down the hall, and is probably more productive because it involves diverse perspectives on problems and their solution. In the next few years, it may be desirable to reinstate the foreign language requirement for the Ph.D. in science and engineering, not to put up additional barriers to success but to emphasize the multicultural basis of good practice. Programs for study abroad should expand their reach to include students in science and engineering as well as the humanities and social sciences. Further emphasis should be given to hybrid educational programs, such as the professional science master’s degree promoted by the Sloan Foundation, that add strong skills in business, public policy, culture, and creativity to the foundation of science laid down in the undergraduate years.
Higher education is beginning to respond to the demands for new kinds of programs to meet the needs of students and employers interested in multidimensional, multidisciplinary educational experiences. For example, an increasing number of universities are offering degrees and concentrations in fields such as information technology, multimedia production, entrepreneurship, service science, innovation studies, creativity, and other cross-disciplinary fields. Whereas just a couple of decades ago universities tended to treat interdisciplinary work as an intrusion into the “real” work of the institution’s disciplinary departments, today the ability to inspire and lead such work has become a standard expectation of university administrators. Companies are stepping up the hiring of social and behavioral scientists, artists, designers, and poets. In recognition of some of these trends, the National Science Foundation (NSF) has expanded its collection of data on industrial R&D to include activities in the service sector and on academic R&D to include more nonscientific fields.
domingo, abril 20, 2008
¿Merece la pena estudiar en la Universidad española desde el punto de vista económico?
"[...] El premio salarial corregido debe ponderarse también por la probabilidad de estar empleado relativa a otros niveles educativos. Para ello, se analiza el efecto que sobre dicha probabilidad tiene el aumento de los años de educación. Una vez considerados todos los factores, la rentabilidad de un año de educación universitaria en España es desoladora: tan solo un 5% para los hombres, la tasa más baja de los 21 países analizados. En las mujeres es algo superior (5,9%), pero con todo, es la cuarta más baja de todos los países considerados. Con estas tasas, si la decisión fuera estrictamente financiera y no hubiera expectativas de que las tasas se recuperaran en el futuro, lo óptimo sería no empezar/completar estudios universitarios y, en su lugar, invertir en algún depósito de alto rendimiento.
Quizás éste es el motivo por el que las tasas de graduación de universitarios en España se han estancado desde el año 2000. El premio salarial por ser universitario, relativo a niveles educativos inferiores, ha caído sustancialmente. Consecuencia: según la OCDE la tasa de graduación (porcentaje de graduados universitarios sobre la población en la edad típica de graduación) de los universitarios españoles ha pasado de ser cuatro puntos superior a la media de la OCDE en 1995 a estar tres puntos por debajo de la media en 2005."
J.A. Marina: "Sacar las Universidades del Ministerio de Educación me parece fatal"
"No decidirá en la elección del profesorado universitario el rango que como investigador posee el candidato, sino sólo su talento sintético y sus dotes de profesor".
José Ortega y Gasset, filósofo y catedrático de universidad.
Han aparecido dos ministerios transversales: Igualdad e Innovación. La igualdad es uno de los principios constitucionales, y, por tanto, todos los poderes del Estado tienen la obligación de defenderla y competencias para ello. La innovación es imprescindible en todos los niveles. Necesitamos innovar el sistema judicial, la administración pública, la educación, la industria, las empresas. Al parecer, los nuevos ministerios se centrarán en la igualdad de la mujer, en la innovación tecnológica, y en fomentar una cultura de la igualdad y de la innovación. Ojalá demuestren su eficacia. Como educador me preocupa un asunto. Una sociedad del conocimiento exige innovación científica y tecnológica, pero sacar las Universidades del Ministerio de Educación por ese motivo, me parece fatal. La investigación no es la función primordial de la Universidad. Hay una Universidad educativa ---a la que se refiere Ortega--- y una Universidad investigadora. La medida aumentará el desprestigio de la función educadora, y eso es muy grave.
José Antonio Marina. Filósofo (y Catedrático de Instituto de Enseñanzas Medias en Madrid)
domingo, abril 13, 2008
La educación superior no dependerá del ministerio de educación
Y los rectores, ¿qué opinan?. Contentos, por lo que parece:"Educación se separa de Ciencia y pasa a denominarse Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, un área que tendrá como centro las políticas de familia -incluida la infancia y el desarrollo de la ley de dependencia-, según fuentes del Ejecutivo.
Zapatero quiere dar relevancia a la formación profesional en este departamento, que no se hará cargo de la educación universitaria, ya que ésta se ligará al nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación. De este departamento dependerán todos los organismos y agencias de investigación repartidos ahora entre varios ministerios, salvo el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que, según las mismas fuentes, permanecerá en Defensa." Fuente: El Mundo
'Tanto los rectores como los investigadores aplaudieron la creación del nuevo ministerio. "Es un buen mensaje", opinó el presidente de los rectores, Ángel Gabilondo. "La universidad debe estar con la investigación, la innovación y los recursos", añadió.' Fuente: El PaísEl profesor Zapatero ha puesto al frente del nuevo ministerio del que dependerán las universidades a una doctora especializada en el estudio del potencial terapéutico de las células madre adultas, y empresaria del sector de la biotecnología, quien en general ha sido bien aceptada por la "comunidad universitaria" según El País:
'Uno de los pocos peros que ayer se escucharon acerca de la nueva ministra es su "desconocimiento" sobre la realidad de las universidades, pese a que ha trabajado en coordinación con ellas. "No conoce a fondo sus problemas", comentaron fuentes de la comunidad universitaria.'
Según parece el esnobismo esta vez tiene raíces danesas. Llevamos décadas de esnobismo universitario en España. Ortega lo dejó escrito en hace 58 años:
'La pedantería y la falta de reflexión han sido grandes agentes de este vicio de "cientificismo" que la Universidad padece. En España comienzan ambas potencias deplorables a representar un gravísimo estorbo. Cualquier pelafustán que ha estado seis meses en un laboratorio o seminario alemán o norteamericano, cualquier sinsonte que ha hecho un descubrimiento científico, se repatria convertido en un "nuevo rico" de la ciencia, en un parvenu de la investigación. Y sin pensar un cuarto de hora en la misión de la Universidad, propone las reformas más ridículas y pedantes. En cambio, es incapaz de enseñar su "asignatura", porque ni siquiera conoce íntegra la disciplina.
Hay pues que sacudir bien de ciencia el árbol de las profesiones, a fin de que quede de ella lo estrictamente necesario y pueda atenderse a las profesiones mismas, cuya enseñanza se halla hoy completamente silvestre. En este punto todo está por iniciar. Una ingeniosa racionalización pedagógica permitiría enseñar mucho más eficaz y redondeadamente las profesiones, en menos tiempo y con mucho menos esfuerzo.'
¿Educación superior? Entre todos la mataron y ella sóla se murió. Con esta decisión el profesor Zapatero ha amputado las universidades del ministerio de educación, y la educación de las universidades.
sábado, abril 05, 2008
Rectores piden la redefinición de la misión de la Universidad
Dado que la Universidad debe estar al servicio de la sociedad, y una vez comprobado lo poco que sirve para educar, se le buscan otras salidas a esta institución medieval, tales como la satisfacción de intereses económicos de la comunidad. Resulta difícil creer que pueda triunfar en un área que le es ajena, por mucho que en los últimos años se esté empujando con dinero a la institución hacia la (I+D+I)+, cuando no lo ha sabido hacer en el terreno de la educación.
¿Cuántas décadas habrá que esperar para que nos demos cuenta del cuestionable impacto económico que tiene la universidad en la sociedad antes de devolverla a su verdadera misión?
El dinero público destinado a la (I+D+I)+ es goloso, y las Universidades quieren una porción más grande, aun cuando eso les aleje aún más de su verdadera misión.
Sobre el derecho a tomar apuntes
¿Tienen los alumnos no derecho, y hasta dónde alcanza éste, a tomar apuntes para uso propio? ¿Y a vender sus propios apuntes?
Y los profesores, ¿tienen derecho a contar cosas que han aprendido en otros libros o a partir de los apuntes que tomaron en las clases cuando fueron estudiantes?
Vía /.
jueves, febrero 28, 2008
Prostitutas del intelecto
Abstract
Survival in academia depends on publications in refereed journals. Authors only get their papers accepted if they intellectually prostitute themselves by slavishly following the demands made by anonymous referees without property rights on the journals they advise.
Intellectual prostitution is neither beneficial to suppliers nor consumers. But it is avoidable. The editor (with property rights on the journal) should make the basic decision of whether a paper is worth publishing or not. The referees only give suggestions on how to improve the paper. The author may disregard this advice. This reduces intellectual prostitution and produces more original publications.
Bruno S. Frey. Publishing as Prostitution? Choosing Between One‘s Own Ideas and Academic Failure. Public Choice Vol. 116, 2003, 205-223
jueves, enero 31, 2008
martes, enero 29, 2008
Free Knowledge Institute
"... tiene entre sus finalidades, no solo la promoción de la producción y difusión de material educativo libre, sino también el desarrollo de software libre, estándares y hardware abiertos, contenido cultural abierto y acceso abierto al conocimiento científico."
En el mismo artículo se referencia el proyecto SELF:
"En el verano de 2006, la sección holandesa de ISOC Internacional asumió la dirección del proyecto comunitario SELF, en el que organizaciones sin fines de lucro y universidades de Europa, Asia y América Latina trabajan en el desarrollo de una plataforma de creación participativa e intercambio de material educativo y formativo libre. La plataforma SELF, inspirada en la famosa enciclopedia libre en línea Wikipedia, proporciona información en varios idiomas y formatos."
domingo, enero 13, 2008
martes, enero 01, 2008
Bolonia 2.0
¿Conoces algún lugar que reseñe este tipo de material? Echo en falta un sitio donde se compilen y se ordenen los recursos disponibles, donde se comenten e incluso se ofrezcan planes de estudios, completos o parciales, con itinerarios formativos confeccionados a partir de estos materiales. Algo parecido están haciendo en The Personal MBA Manifesto.
Este tipo de recursos en la red podría servir para que los alumnos puedan completar la formación que reciban a partir de ahora de aquellos profesores españoles que, interpretando libremente las directivas boloñesas, decidan (respaldados oficialmente), dejar de deambular por las aulas y pasar a tutorizar desde el despacho o el avión.
La digestión de Bolonia podría terminar bien al fin y al cabo si los gobiernos siguen los consejos de esta receta:
Los alumnos asistirían a las clases asíncronas difundidas en Internet por universidades estadounidenses (gratis), y serían tutorizados por personal docente motivado contratado por empresas privadas, que instalarían universidades en la red. Para la comunicación con el alumno utilizarían tecnologías probadas como el correo-e, las bitácoras y wikis, VoIP y videoconferencias.
Se trataría de Universidades Obertas Españolas, con gestión privada pero de titularidad pública. El modelo no sería tan extraño para los alumnos: en muchas ingenierías los alumnos acostumbran ya desde hace décadas a acudir a academias privadas en las que pagan por la enseñanza que supuestamente les está dando la universidad en la que están matriculados. Se trataría de dar mayor relevancia a estas academias, haciendo que en lugar de enseñar a los alumnos a aprobar exámenes les enseñasen los contenidos de las materias que la universidad, oficialmente, renuncia a enseñar.
Las universidades actuales, por el momento, podrían quedar para cobrar una matrícula moderada a cambio de la cuál expedirían títulos oficiales al cabo de 4 años. La adaptación al nuevo sistema sería fácil, rápida, o inmediata. A cambio únicamente tendrían que dejar que las aulas fuesen utilizadas para que las empresas que realmente enseñasen a través de la red pudiesen hacer reuniones periódicas de socialización con sus alumnos, parte esencial de la enseñanza. De paso esto contribuiría a que los aularios se mantuviesen en pie unos años más, mientras se diseñan los planes inmobiliarios para su desmantelamiento definitivo.
Al profesorado actual no le costaría adaptarse al nuevo modelo: bastaría con convencer a los profesores de que se hace por su bien, para que puedan investigar más y mejor y alcanzar por fin los ansiados premios que hasta ahora les estaban vedados por culpa de las clases magistrales, Nobel incluído. Podríamos darles una carrera investigadora a todos nuestros profesores actuales, garantizada de por vida. Podríamos traernos incluso de vuelta a todos los "cerebros", grandes y pequeños, no para que den clase aquí, sino para que investiguen.
No es un problema la financiación como explico más abajo. De hecho se podrían duplicar los sueldos de todos lo profesores de ésta, la última generación de profesores universitarios públicos. Para financiarlo, el estado podría dejar de contratar desde ya mismo nuevo profesorado, y una vez desaparecida la generación actual de profesores universitarios podría cerrar las universidades tal como las conocemos hoy, manteniendo únicamente el personal administrativo que gestionase los pagos de matrícula y la expedición de títulos oficiales durante unos lustros. A partir de ese momento los edificios podrían venderse en el mercado libre. La ciudad universitaria de Madrid por ejemplo sería una fuente de ingresos considerable para el erario público.
Ahora caigo. Mi receta llega tarde: en esto consiste precisamente Bolonia: chicos listos. Al final va a resultar que la enseñanza pública estaba en buenas manos.
En cualquier caso, si la iniciativa empresarial española no supiese llevar adelante estos planes, la cosa tampoco es tan grave. Habríamos conseguido deshacernos del sistema caduco y medieval que representa el sistema universitario español. Seríamos un país de investigadores, que es lo que se lleva. Habríamos conseguido deshacernos de la pesada losa que supuso el ¡Qué inventen ellos!, pasando al más llevadero ¡Qué enseñen ellos! En lugar de mandar fuera a investigadores formados en España podríamos mandar fuera a sus hijos para que se formasen fuera y luego viniesen a investigar a la soleada España.
Al fin y al cabo, si los escandinavos no tienen una industria turística desarrollada y aún así les va muy bien, ¿por qué no podemos prescindir nosotros de un buen sistema (de enseñanza) universitario? Ellos nos mandan turistas y nosotros a cambio les mandamos estudiantes. Erasmus no ha sido más que un entrenamiento para Bolonia 2.0, al menos para España.