martes, mayo 16, 2006

Elogio de la docencia universitaria

Carlos Berzosa, rector de la Universidad Complutense de Madrid, escribió el pasado 8 de mayo un artículo titulado Elogio de la docencia universitaria en el diario El País, recogido por madri+d, y que reproducimos a continuación. Imprescindible lectura:
"Desde que comencé mi actividad como profesor universitario, mi empeño ha sido siempre impartir mis clases lo mejor que he sabido y he podido. No sé si lo habré conseguido, pero sigo intentándolo. Mi preocupación por la docencia me ha conducido recientemente a la lectura del libro Lo que hacen los mejores profesores universitarios, de Ken Bain, editado por el servicio de publicaciones de la Universidad de Valencia, a la que aprovecho la ocasión para felicitar por su extraordinaria editorial, que me produce una sana envidia.

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No me cabe ninguna duda de que los estudiantes lo que quieren es tener buenos profesores que se ocupen de ellos, si bien es cierto que la mayoría se conforma con que los profesores cumplan su función de un modo aceptable sin más pretensiones, actitud que puede ser elogiada por los profesores que atienden sus obligaciones dignamente. No obstante, hay que procurar romper ese conformismo, pues tal como recojo de Nussbaum en el libro El cultivo de la humanidad: "Sócrates -a diferencia de Platón- sostiene que los atributos necesarios para llegar a ser un buen ciudadano pensante se encuentran en todos los ciudadanos, o por lo menos en todos los que no están en algún grado importante privados de la normal capacidad de razonar".

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En suma, lo que quiero subrayar es que en la universidad española también contamos con muchos y buenos profesores, y aunque no todos ellos alcanzan ese grado extraordinario tal y como se describe en el libro con el que inicio estas líneas, se acercan a él, y gozan del apoyo y fervor de grupos de estudiantes. No todos ellos publican lo suficiente, o aunque lo hagan, no obtienen los sexenios de investigación. Ante esta realidad, lo que hay que preguntarse es por qué el ministerio quiere mantener en la reforma de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) un modelo de selección del profesorado universitario sin modificar lo que se establece en la LOU actual, tan contestada, y con ello se prescinde de gran parte de buen profesorado, dando cabida a otros muchos que tendrán méritos muy estimables y valorables, y que hay que apoyar sin lugar a dudas, pero que no son esos buenos docentes de los que estamos tan necesitados. Por otra parte, que la selección se esté haciendo sobre la base de un sistema de concesión de sexenios tan discutido y discutible, es lo que resulta realmente inaudito. Busquemos fórmulas en las que quepan todos, buenos investigadores y buenos docentes, o las dos cosas a la vez que sería lo ideal, pero que no siempre se produce. Se debe apoyar el buen trabajo, pero sin exclusiones, sin menospreciar la docencia, a la que a menudo se considera simplemente como la cenicienta. Porque si mantenemos esos principios, la universidad terminaría muriendo. De ahí mi elogio a la buena docencia y en definitiva a la capacidad que tienen los buenos profesores de saber transmitir, para lo que se necesita un gran cúmulo de conocimientos, y sobre todo ilusión en lo que se hace. Sin ilusión no puede haber tampoco una buena enseñanza. Porque cuando se tiene ilusión en lo que se enseña se está creyendo en lo que se hace, y esto se transmite."

Vía meneame.net -> madri+d -> elpais.es. (Texto recogido de madri+d).

1 comentario:

Anónimo dijo...

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