viernes, marzo 31, 2006
Tú y tu investigación, por Richard Hamming
Undergraduations
Algunos comentarios al anterior ensayo.
También de Paul Graham: Great Hackers y otros interesantes ensayos.
Generation of Greatness
The PhD Octopus et al
Philip Greenspun mantiene la interesante Career Guide for Engineers and Computer Scientists
Si no has conseguido evitarlo y has encargado ya un traje como el del emperador, puedes no obstante hacerlo algo más llevadero.
The Decay Of Education In The West
jueves, marzo 30, 2006
Misión de la Universidad, José Ortega y Gasset
Algunas joyas:
La pedantería y la falta de reflexión han sido grandes agentes de este vicio de "cientificismo" que la Universidad padece. En España comienzan ambas potencias deplorables a representar un gravísimo estorbo. Cualquier pelafustán que ha estado seis meses en un laboratorio o seminario alemán o norteamericano, cualquier sinsonte que ha hecho un descubrimiento científico, se repatria convertido en un "nuevo rico" de la ciencia, en un parvenu de la investigación. Y sin pensar un cuarto de hora en la misión de la Universidad, propone las reformas más ridículas y pedantes. En cambio, es incapaz de enseñar su "asignatura", porque ni siquiera conoce íntegra la disciplina.
Hay pues que sacudir bien de ciencia el árbol de las profesiones, a fin de que quede de ella lo estrictamente necesario y pueda atenderse a las profesiones mismas, cuya enseñanza se halla hoy completamente silvestre. En este punto todo está por iniciar. Una ingeniosa racionalización pedagógica permitiría enseñar mucho más eficaz y redondeadamente las profesiones, en menos tiempo y con mucho menos esfuerzo.
[...]
La necesidad de crear vigorosas síntesis y sistematizaciones del saber para enseñarlas en la "Facultad" de Cultura, irá fomentando un género de talento científico que hasta ahora sólo se ha producido por azar: el talento integrador. En rigor, significa éste --como ineluctablemente todo esfuerzo creador-- una especialización: pero aquí el hombre se especializa precisamente en la construcción de una totalidad. Y el movimiento que lleva a la investigación a disociarse indefinidamente en problemas particulares, a pulverizarse, exige una regulación compensatoria --como sobreviene en todo organismo saludable-- mediante un movimiento de dirección inversa que contraiga y retenga en un riguroso sistema la ciencia centrífuga.
Hombres dotados de este genuino talento andan más cerca de ser buenos profesores que los sumergidos en la habitual investigación. Porque uno de los males traídos por la confusión de ciencia y Universidad ha sido entregar las cátedras, según la manía del tiempo, a los investigadores, los cuales son casi siempre pésimos profesores, que sienten la enseñanza como un robo de horas hecho a su labor de laboratorio o de archivo. Así me ha acontecido durante mis años de estudio en Alemania: he convivido con muchos de los hombres de ciencia más altos de la época, pero no he topado con un solo buen maestro. ¡Para que venga nadie a contarme que la Universidad Alemana es, como institución, un modelo!
Algunos escritos de Julio Carabaña sobre la Universidad
En La carrera del profesor universitario: cada vez más larga, más pobre y más precaria Julio Carabaña describe certeramente la situación respecto a la contratación de figuras cada vez más precarias, algo con lo que están de acuerdo tanto las administraciones que pagan a los nuevos subempleados como los indoecentes que aprueban gustosos estas malas prácticas:
Me gustaría no dejar la impresión de que si los numerarios aceptamos gustosos que la carrera docente sea cada vez más precaria, más larga y peor pagada lo hacemos sólo por calmar marcando distancias la insaciable sed de status del homo academicus acreditada por la abundante literatura sobre mandarines universitarios. No se trata sólo -permitidme la pequeña broma de esta cita de que 'el capital universitario se obtiene y se tiene a través de la ocupación de posiciones que permiten dominar otras posiciones y sus ocupantes, con todas las instituciones encargadas de controlar el acceso al cuerpo, jurados de concursos a la Escuela Normal Superior y de la agregación y del doctorado, comité consultivo de las Universidades: este poder sobre las instancias de reproducción del cuerpo universitario asegura a sus detentadores una autoridad estatutaria, suerte de atributo de función que está mucho más ligado a la posición jerárquica que a propiedades extraordinarias de la obra o de la persona y que se ejerce no solamente sobre el público de rotación rápida de los estudiantes, sino también sobre la clientela de los doctorandos, al interior de la cual se reclutan de ordinario los asistentes y que está situada en una relación de dependencia difusa y prolongada. (Pierre Bourdieu, Homo academicus, Minuit, París, 1984:112). Sin duda que operan motivaciones de distinción, que conllevan fuertes tendencias al cierre de las categorías superiores. Para constatarlo, basta con escuchar al titular recién nombrado razonar la conveniencia de aumentar los escalones de la carrera docente para que no falten estímulos. Pero hay también fuertes presiones que nacen del seno mismo de la organización, sin que nadie se lo haya propuesto. (De esto último se puede estar absolutamente seguro: los profesores universitarios, la mayoría de los cuales imaginan sus propias acciones en el contexto del colegio invisible de la investigación científica, son tercamente incapaces de considerarlas en el entramado de una organización). Supongamos que alguien, siguiendo para más suponer mis sugerencias, propone a su departamento una especie de desobediencia civil: no colaborar en la selección y contratación de profesores asociados. Supongamos que todos están de acuerdo y que el rectorado amenaza con contestar que en ese caso no convoca una plaza que tenía prevista. Los profesores numerarios harán entonces dos tipos de consideraciones. Una, que dado que la carga docente a distribuir entre todos se mantiene, resulta un poco fastidioso prescindir del alivio de uno o dos créditos que el profesor asociado supondría, no desde luego por los créditos en sí, sino por la posibilidad de dedicar ese tiempo a la investigación. Dos, que dado el paro reinante, da realmente cargo de conciencia impedir la creación de un puesto de trabajo por el solo motivo de que está mal pagado; todos conocemos doctores o becarios del propio departamento, excelentes y muy prometedores alumnos, que estarían encantados de iniciarse en la docencia y poner un pie en la Universidad mediante este puesto, incluso si su sueldo es bajo y sus condiciones precarias. Así pues, nos encontramos ante una elección bastante clara. De un lado, una posición estúpida, que perjudica a los que estamos y daña a los aspirantes; de otro, una acción inteligente que nos beneficia a nosotros y ayuda a los demás. Evidentemente, es vano querer ir contra corriente y ser una excepción a las tendencias generales. En las actuales condiciones de paro y precariedad en el mercado de trabajo, ¿puede la Universidad contratar sólo funcionarios vitalicios con altos sueldos iniciales?. Y aquí unos ponen cara de haber desvelado con su talento crítico el peor secreto del enemigo, y otros de haber encontrado un programa de acción. Pero todos están de acuerdo en contratar asociados .....
The Center for Teaching Excelence @ NYU
International Summer Institute: New York City Area.
¿Education’s Peer Review?
miércoles, marzo 29, 2006
Lectura pendiente: Scholarship reconsidered
Ed. Jossey-Bass (November 28, 1997). ISBN 0787940690
Enlaces sobre el libro:
lunes, marzo 20, 2006
The dignified professor
From: "'Surely You're Joking Mr. Feynman!' Adventures of a Curious Character" by Richard Feynman, Bantam Books: New York, 1986:
When I was at Princeton in the 1940s I could see what happened to those great minds at the Institute for Advanced Study, who had been specially selected for their tremendous brains and were now given this opportunity to sit in this lovely house by the woods there, with no classes to teach, with no obligations whatsoever. These poor bastards could now sit and think clearly all by themselves, OK? So they don't get any ideas for a while: They have every opportunity to do something, and they are not getting any ideas. I believe that in a situation like this a kind of guilt or depression worms inside of you, and you begin to worry about not getting any ideas. And nothing happens. Still no ideas come.
Nothing happens because there's not enough real activity and challenge: You're not in contact with the experimental guys. You don't have to think how to answer questions from the students. Nothing!
In any thinking process there are moments when everything is going good and you've got wonderful ideas. Teaching is an interruption, and so it's the greatest pain in the neck in the world. And then there are the longer period of time when not much is coming to you. You're not getting any ideas, and if you're doing nothing at all, it drives you nuts! You can't even say "I'm teaching my class."
If you're teaching a class, you can think about the elementary things that you know very well. These things are kind of fun and delightful. It doesn't do any harm to think them over again. Is there a better way to present them? The elementary things are easy to think about; if you can't think of a new thought, no harm done; what you thought about it before is good enough for the class. If you do think of something new, you're rather pleased that you have a new way of looking at it.
The questions of the students are often the source of new research. They often ask profound questions that I've thought about at times and then given up on, so to speak, for a while. It wouldn't do me any harm to think about them again and see if I can go any further now. The students may not be able to see the thing I want to answer, or the subtleties I want to think about, but they remind me of a problem by asking questions in the neighborhood of that problem. It's not so easy to remind yourself of these things.
So I find that teaching and the students keep life going, and I would never accept any position in which somebody has invented a happy situation for me where I don't have to teach. Never.
sábado, marzo 18, 2006
Especial sobre el sistema universitario en The Economist
The brains business. Mass higher education is forcing universities to become more diverse, more global and much more competitive, says Adrian Wooldridge.
Secrets of success. America's system of higher education is the best in the world. That is because there is no system.
Heads in the clouds. Europe hopes to become the world's pre-eminent knowledge-based economy. Not likely.
A world of opportunity. Developping countries see the point of higher education.
Wandering scholars. For students, higher education is becoming a borderless world.
Higher Ed Inc. Universities have become much more businesslike, but they are still doing the same old things.
The best is yet to come. A more market-oriented system of higher education can do much better than the state-dominated model.
viernes, marzo 17, 2006
Lectura pendiente
De la descripción del libro:
Looking further, Bok finds that many important college courses are left to the least experienced teachers and that most professors continue to teach in ways that have proven to be less effective than other available methods. In reviewing their educational programs, however, faculties typically ignore this evidence. Instead, they spend most of their time discussing what courses to require, although the lasting impact of college will almost certainly depend much more on how the courses are taught.
Lectura pendiente
Extractos de la reseña enlazada:
Next Anderson focuses on the problem of teaching. “There is a widespread contempt for teaching among teachers,” he writes. Because of that contempt, he says, universities have handed over teaching responsibilities to students, especially graduate students.
This practice, which Anderson calls “the shame of academic intellectuals,” has caused a host of problems. First among these is that universities are misleading the parents and students, who expect education from expert faculty. Other problems include the exploitation of (graduate) students, the potential for these students striking and thereby stymieing teaching, the glorification of specialized scholarly pursuits by faculty unfettered by teaching and the likelihood that these students are poor communicators (especially foreign students).
[...]
Next Anderson talks about the problem of scholarship replacing teaching. Of course that issue is related to the issue of tenure. Anderson wants the practice of granting tenure stopped because it protects poor teachers and is structured to reward publishing over teaching.
[...]
Many other problems come under Anderson’s scrutiny, too many to list here. Anderson proposes several changes that are so sweeping they could be effected only in a time of crisis. According to Anderson, that time is now.
Lo que NO hacen los mejores profesores universitarios
lunes, marzo 13, 2006
Libro: "Lo que hacen los mejores profesores universitarios"
Sumidero Universidad
Sumidero Universidad. ©Chema Madoz. De la exposición Chema Madoz 2000-2005. Ministerio de Cultura y Fundación Telefónica.